Para conseguir tus objetivos tienes que ponerte en acción

Para conseguir tus objetivos tienes que ponerte en acción

En un post anterior os contaba que para poder implementar la estrategia debemos tomar decisiones. Pero… ¿Con que objetivo tomamos estas decisiones? Pues con el objetivo de determinar cómo actuamos en cada momento, qué paso debemos dar y cómo lo debemos dar para conseguir lo que nos hemos propuesto.

Y aquí nos adentramos en un mundo apasionante que da mucho juego y está lleno de posibilidades si actuamos desde la consciencia y por lo tanto de manera proactiva. Y esto es lo que pretendo con este post, que cada uno de nosotros cojamos el rol de protagonista de nuestras acciones y seamos efectivos con lo que hacemos.

Empecemos a desarrollar este tema, el de ponernos en marcha, el de hacer que las cosas ocurran. El tema da para mucho y está lleno de matices y por lo tanto de posibilidades.

¿El conseguir el objetivo depende solo de nosotros?

Si es así, pues ya sabes... Pero seamos realistas, muy pocas veces pasa que el conseguir un objetivo dependa de una sola persona. La mayoría de los casos el resultado depende, de más de una persona y de múltiples factores.

Para conseguir los objetivos no podemos actuar cual llanero solitario, sino que nos tenemos que coordinar con otras personas, ya sea actuando como grupo o como equipo. Y cada persona es un mundo y no siempre estamos en el mismo porcentaje de rendimiento ni de motivación.

Y los factores que intervienen, ni los conocemos todos y mucho menos los controlamos todos. Por lo que la incertidumbre ha pasado a ser una variable que debemos siempre contemplar en nuestra hoja de ruta. Te dejo el link del post que le dediqué a la incertidumbre.

¿Desde que mirada actuamos, o podemos actuar?

¿Desde nuestra mirada personal o desde nuestra mirada que nos otorga la responsabilidad que tenemos en la organización?

Ambas miradas pueden diferir muchísimo, sobre todo por el margen de acción que podamos tener. Tenemos que ser muy conscientes de cual es nuestro terreno de juego (cultura y mapa de poder) y nuestra área de influencia (capacidad de actuar). Nuestra capacidad de acción va a depender principalmente de estos dos factores. Y siendo realistas, lo que haríamos a nivel personal, muy probablemente no lo podemos hacer a nivel de la organización en la que estamos.

Pongo un par de ejemplos, porque creo que ayudará a que quede más claro el mensaje:

  • En un entorno muy politizado va a tener más importancia saberte mover bien en función del mapa de poder.
  • En un entorno muy jerarquizado tendrás más capacidad para crear el contexto para que las cosas pasen cuanto más arriba estés del organigrama.

Y el último punto de reflexión que quiero apuntar en este post: ¿Liderar o dirigir?

Liderar y Dirigir no son sinónimos. Es verdad que en muchas ocasiones ambos se combinan y se complementan, pero no son lo mismo.

El Liderazgo está basado en la gestión del cambio y en convencer. El Dirigir está basado en la gestión de la complejidad y en dar unas directrices muy claras de qué hacer, cómo hacerlo, cuando hacerlo y con quien hacerlo. Para que el Liderazgo o el Dirigir sean efectivos, la comunicación, es básica.

¿Y qué es mejor liderar o dirigir? No creo que la pregunta sea la adecuada, Propongo formularla desde una perspectiva diferente: ¿Cuándo es mejor Liderar? Y ¿Cuándo es mejor dirigir? Pues depende del momento. El debate está servido, porque además habría que añadir a la ecuación con que estilo lo hacemos

Como os he comentado al inicio del post, el tema da para mucho. Seguiremos hablando de ello

Contáctame si tienes dudas, comentarios a hacer o tienes curiosidad sobre lo que he compartido en este post. De verdad, no dudes en hacerlo, estaré encantada de comentarlo contigo

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