Nuestros temores al cambio

Si una cosa tenemos clara a estas alturas es que el cambio es lo único constante que hay en nuestras vidas.

Y… ¿Por qué nos cuesta el cambio? ¿Por qué tenemos reticencias a él? Nuestro cuerpo y mente a través de los sentidos captamos muchos inputs e información. Tenemos una gran capacidad no solo de análisis sino también de estructurar información que nos permite encontrar soluciones no siempre evidentes y así hacer grandes avances e innovaciones.

Y ¿Entonces? ¿Por qué “tenemos” que gestionar el cambio? Pues por nuestro cerebro. Él está programado para acabar el día habiendo consumido el mínimo de energía corporal y mental posible y claro, los cambios en este sentido no le gustan nada por el consumo extra de energía que comportan. Al cerebro que estemos o no alineados con nuestro propósito y objetivos, le es totalmente indiferente.

Y ya centrándonos en el entorno laboral, una transformación o una evolución profesional es un cambio en mayúsculas. Si, si: un cambio muy importante para nosotros. A nuestra faceta profesional no sólo le dedicamos muchas horas, mucho esfuerzo y mucha energía, sino que nos proyectamos en ella. Buscamos a través de ella poder llevar a cabo nuestro propósito con lo cual nos identificamos y, por lo tanto, nos llegamos a definir través de ella

Con lo cual, reinventarse o cambiar de trabajo implica un cambio de nuestro status quo. Y si tenemos una posición con proyección social, la presión y la sensación de riesgo ante este cambio es aún mayor

Y esta presión y sensación de riesgo son la antesala a nuestros temores al cambio. ¿Cómo se manifiestan estos temores? De las siguientes 4 maneras:

• Autosuficiencia: muchos de nosotros nos sentimos muy orgullosos de haber conseguido las cosas por nosotros mismos y que trabajamos bien de manera independiente. La Autosuficiencia nos ha sido muy útil para obtener muy buenos resultados. Pero tiene su cara oscura y es que la autosuficiencia nos limita las interacciones con otras personas, por lo que dejamos de tener acceso a nuevas perspectivas, ideas, comentarios y estímulos que nos pueden ayudar a avanzar en la dirección que queremos. Las personas aprendemos mucho escuchando a otras personas.
• Pensar demasiado: Para resolver situaciones complejas las habilidades analíticas son básicas. Si te encuentras de manera repetitiva diciendo: “necesito un poco más de tiempo para pensar las cosas antes de decidirme” te has quedado atascado / bloqueado en esta habilidad. Para una transformación o para una gestión del cambio necesitas aprender de la experiencia no solo a nivel racional, sino también a través de tu intuición, tus emociones, lo que percibes… para así poder aprender de los que estás experimentando, es decir, del conectar contigo mismo y actuar desde la consciencia.
• La respuesta correcta: y es que …. nos han enseñado, sobre todo en la escuela, que hay respuestas correctas y respuestas incorrectas. No digo que no, pero cuando se trata de nuestra reinvención o de nuestra evolución profesional este mindset nos limita más que nos abre posibilidades y alternativas. La respuesta a nuestra reinvención o evolución la mayoría de las veces no es evidente y si nos centramos en que hay respuestas correctas o incorrectas nos costará más definirla. Ya que esta respuesta es solo nuestra, se debe adaptar a nosotros como un guante, debe ser coherente y consistente con el momento vital en el que nos encontramos, a nuestro propósito, valores y fortalezas.
• Procastinación: Las personas tendemos a posponer las cosas que nos crean situaciones o decisiones ambiguas, difíciles y desestructuradas, y la reinvención y/o evolución de nuestra trayectoria profesional cumple con todos y cada uno de estos requisitos.

No se trata de controlar el cambio, pero sí de poder asumir el rol de protagonista, ponernos al frente y decidir como quisiéramos que fuera y sabernos mover con soltura en los nuevos paradigmas.

Saber cómo se manifiestan nuestros temores al cambio nos puede ayudar a detectarlos y activar nuestra capacidad de análisis y estructuración de información para encontrar o definir la manera de cómo queremos que sea nuestra nueva realidad y, cómo decía en el último párrafo, sabernos mover con soltura en el nuevo paradigma

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