Los reveses profesionales. Algunas sugerencias para gestionarlos
En nuestra trayectoria profesional todos sufrimos reveses. Algunos por decisiones externas que nos dan de lleno y otras porque no hemos tomado la mejor decisión o por una mezcla de ambas.
En este post no voy a numerar ni los 10 pasos para gestionarlos ni las 5 claves ni nada por el estilo. Cuando se sufre un revés profesional se pasa mal, muy mal y por este motivo quiero tratar este tema desde el respeto absoluto y comparto con vosotros sugerencias, sugerencias que son fruto de la experiencia y de haber obtenido buenos resultados.
Sea cual sea el caso, lo primero que he observado que hacemos es culpabilizarnos. Las frases más recurrentes que oigo cuando trabajo con mis clientes son: “lo tenía que haber previsto”, “no sé cómo no lo vi venir”, “si es que había señales, pero no les hice caso”, “soy demasiado confiad@”, etc. etc. Estas respuestas, la mayoría de las veces inmediatas, nos ayudan a expresar nuestra frustración y, por mi experiencia, va muy bien soltarlas sin filtro cuando nos encontramos en un entorno de total confianza. Una vez verbalizada la frustración toca ponernos a gestionar el revés sufrido. No nos queda otra. Solos o acompañados, esto ya lo decidiremos según el caso.
Lo que, sí que es importante, y aquí nos ayudará mucho la racionalidad es no instalar-nos en la culpabilidad y entrar en el bucle del ¿Por qué? ¿Por qué me ha pasado esto a mi? ¿Por qué no hice caso a? ¿Por qué no me di cuenta de? Así que os propongo que nos focalicemos en preguntarnos el Cómo. ¿Cómo puedo hacer para que esto no vuelva a pasarme? ¿Cómo puedo hacer para percibir las señales en la siguiente ocasión? ¿cómo puedo hacer para obtener e incorporar el aprendizaje de haber vivido esta situación? El preguntarnos el ‘Por qué’ nos lleva al bloqueo ya que difícilmente obtendremos una respuesta que nos convenza realmente, en cambio sí nos centramos en buscar las respuestas des del ‘Cómo’ nos podremos en acción al ser los protagonistas nosotros. El ‘Cómo’ nos lo preguntamos a nosotros, el ‘Por qué’ lo preguntamos a un tercero que pocas veces nos va a responder o que en ocasiones ni seremos capaces de identificar.
Y para gestionar el revés, tenemos que pasar a la acción. Sin acción no nos moveremos de donde estamos y ante un revés, tener la fortaleza y resiliencia de ponernos en movimiento nos será vital.
Es en momentos como estos que tirar de conciencia nos ayudará enormemente. Cuando somos conscientes de nuestros valores, fortalezas, creencias*, experiencia y expertise podremos decidir de manera proactiva cuales utilizamos y cuales no. Cuando decidimos de manera proactiva, los protagonistas somos nosotros y por lo tanto actuamos des del empoderamiento.
Cuando cogemos el rol de protagonista lo que hacemos de manera automática es reconocer que tenemos un área de influencia en la que tenemos la capacidad para crear el contexto para que las cosas pasen. Es el arco de salida para que nosotros mismo podamos decidir cómo y cuándo hacer los pasos necesarios para salir del atolladero en el que nos encontramos.
Espero que estas sugerencias te sean útiles, porque todos en nuestra trayectoria profesional nos encontramos con situaciones duras, difíciles y complejas que debemos gestionar. A toro pasado son experiencias de las que aprendemos mucho y en la mayoría de las ocasiones les sabemos dar la vuelta. No obstante… lo cortés no quita lo valiente.
*Últimamente se habla mucho de las Creencias limitantes… no obstante las creencias no tienen por qué solo ser limitantes, también pueden ser potenciadoras. Pero de esto ya hablaremos otro día
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