Las Creencias: ¿Son solo limitantes?

Las Creencias: ¿Son solo limitantes?

Al final del post de “Los Reveses Profesionales. Algunas sugerencias para gestionarlos” comenté que en otra ocasión hablaría de las creencias. Esta ocasión ha llegado. En las redes se está hablando mucho de ellas y por lo tanto es un tema que sale en las conversaciones, reflejo de un interés o preocupación hacia ellas.

Lo que a mí me ha hecho ponerle foco es que, en las redes sociales, donde la mayoría compartimos contenido y criterio, es que se habla principalmente de ellas en su vertiente limitante.

Antes de entrar en el meollo pongámonos primero en situación.

Las creencias son las ideas o convicciones que una persona tiene sobre la realidad, lo que considera verdadero o falso. Pueden basarse en la experiencia personal, la educación, la cultura o la religión entre otras influencias ya sean éstas sociales o culturales. Las creencias pueden ser conscientes o subconscientes y pueden ser flexibles o arraigadas. Así que podemos decir que las creencias son elementos fundamentales de nuestra identidad y de nuestra perspectiva.

Solo poniéndonos en situación ya podemos intuir el juego que pueden dar, su complejidad y el papel tan importante que pueden tener en nuestro desarrollo ya sea en el ámbito personal como en el profesional.

Algunos ejemplos de creencias que tienen impacto en nuestra carrera profesional

  • Tengo que ser aceptad@
  • Merezco tener éxito
  • El error no está permitido
  • Pedir es de mala educación
  • Tengo que ser excelente
  • No se debe hablar de dinero
  • Para ser bueno tengo que estar entre los 10 primeros

¿Identificas alguna de estas creencias como tuyas? ¿Añadirías alguna más?

A partir de aquí quiero comentaros tres cosas:

Primera: mirémonos estas creencias desde la neutralidad. Como lo haría Sherlock Holmes cuando investiga un caso: “To observe, you must learn to separate situation from interpretation, yourself from what you are seeing”.

¿Por qué digo esto? Porque la mayoría de las creencias no son ni buenas ni malas. En función de en qué contexto nos encontremos tendrán un impacto positivo y en otros tendrán un impacto negativo en nuestra carrera profesional.

Pongo un ejemplo:

“Tengo que ser excelente” Hay contextos en los que se necesita avanzar con rapidez y buscar la excelencia nos hace retrasarnos o incluso nos para el proyecto. Hay otros contextos en los que la excelencia es imprescindible para conseguir el resultado deseado, así como el objetivo.

Podríamos analizar y debatir cada una de las creencias que he puesto como ejemplo y podríamos ver cuando la creencia nos limita y cuando nos potencia.

Este es un punto, para mí, clave. Continuemos con la segunda

Segunda: ¿Estas creencias que tenemos nos vienen impuestas o son parte real de nuestra esencia?

Aquí lo que propongo es que cuando tengamos consciencia de una creencia que nos la cuestionemos. He dicho cuestionemos, no juzguemos. ¿Me identifico realmente con esta creencia? ¿o me viene dada? Si es una creencia que responde realmente a tu identidad reconócela e incorpórala en tu toma de decisiones. Si la creencia te viene impuesta y no te sientes cómoda con ella…. ha llegado el momento de soltarla.

Tercera: Los valores son los principios o cualidades que una persona considera importantes y guían su comportamiento y toma de decisiones. Representan para la persona las ideas y las normas sobre lo que es correcto y deseable.

¿Y porque os nombro los valores? Porque los valores se basan en las creencias.

Vale la pena prestarles atención a nuestras creencias, cuestionárnoslas y hacerlas evolucionar con nosotros. Y sobre todo no juzgarlas de antemano. No siempre nos limitan, muchísimas veces nos potencian.

Contáctame si tienes dudas, comentarios a hacer o tienes curiosidad sobre lo que he compartido en este post. De verdad, no dudes en hacerlo, estaré encantada de comentarlo contigo

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