Hay retos y retos
Hay una frase que he oído infinidad de veces: “para alcanzar el éxito necesitas salir de tu zona de confort”. Esta frase me pone bastante nerviosa la verdad, y pocas veces cuando la oigo no intervengo. No digo que no, ni que no esté de acuerdo con esta afirmación, pero con matices importantes. No podemos estar actuando siempre fuera de nuestra zona de confort. Actuar fuera de nuestra zona de confort nos requiere de mucha energía y por lo tanto es cuando podemos entrar en fatiga.
Si buscamos en internet un esquema de qué implica salir de la zona de confort veremos que las zonas que tenemos que atravesar antes de llegar a la zona de crecimiento son la zona de miedo y la zona de aprendizaje. Ambas zonas son muy demandantes de nuestra energía.
- En la zona de miedo: tenemos que gestionar la incertidumbre, el desconocimiento del terreno en el que estamos, la falta de confianza, nuestras dudas sobre nuestras capacidades, el riesgo, …
- En la zona de aprendizaje: tenemos que gestionar que necesitamos tiempo para aprender a movernos con soltura en el nuevo paradigma, y, por lo tanto, tenemos una alta probabilidad de hacer errores y enfrentarte a desafíos y problemas para los que no nos sentimos al 100% confortable de afrontar.
En ambas zonas la presión que tendremos que asumir para conseguir los resultados será elevada y la fatiga puede ser una de nuestras grandes enemigas para conseguir nuestros objetivos.
Y debemos tener muy presente que no gestionamos tiempo sino energía. Podemos tener 1000h a nuestra disposición, que, si estamos agotados, no las vamos a aprovechar. En cambio, si estamos descansados y llenos de energía 30 minutos nos pueden cundir muchísimo
De lo que se trata es que escojamos nosotros cuando y cómo salimos de nuestra zona de confort. Mi mirada siempre ha sido la misma: ampliar mi zona de confort porque así puedo ir asumiendo nuevos retos con un desgaste de energía mínimo.
Por esta razón digo que hay retos y retos.
Hay retos que asumo sabiendo que dispongo en mi mano de cartas ganadoras (capacidades, conocimientos, expertise y experiencia) y que los factores que no controlo se con bastante precisión de que tipología y dimensiones pueden ser. Es decir, se trata de retos en los que me muevo en mi zona de confort y que puedo asumir con seguridad. Podrán salir bien o podrán salir mal, pero me siento cómoda asumiéndolos.
Pero hay otros retos en los que SI salgo de mi zona de confort. Estos pocas veces son propiamente dicho del ámbito laboral y el aprendizaje que saco de ellos (que suele ser mayor o diferente del que me espero) lo acabo aplicando siempre en mi crecimiento profesional y personal.
Son retos en los que mis creencias limitantes y miedos sales a la luz sin filtro alguno y tengo que aprender a discernir si son o no reales o si son de aplicación o no. Es decir, son retos que me sirven para conocer-me mejor y saber dimensionar mi zona de confort y ampliarla a poder ser. Aunque reconozco que no siempre estoy en disposición de asumirlos, depende mucho de en qué % de energía me encuentre.
Y… en una semana… voy a asumir uno de estos retos en los que salgo totalmente de mi zona de confort. En una semana estaré en la Laponia finlandesa cruzando el lago Inari con esquís. ¡Yo! Que suspendía gimnasia y nunca hice la voltereta en el plinto.
- Lo primero que me viene a la mente es: ¿se puede saber porque te metes en semejante berenjenal?
- Lo segundo que me pregunto es: ¿Cómo gestionarás el frío? Nos moveremos en temperaturas de -25 a 0 grados. No estoy para nada habituada a ello. ¿Cómo voy a reaccionar por muchas manoplas que lleve? Pues ni idea….
- Lo tercero que me viene a la mente es: ¿me habré preparado físicamente lo suficientemente bien? Si que he hecho marcha nórdica pero nunca esquí de travesía y menos acarreando una pulca.
Me voy directa a un contexto que no domino en absoluto por lo que tengo un montón de dudas y temores, pero los principales son estos que os acabo de contar.
Y… ¿cómo es que me he decido?
- Porque me hace una ilusión de locos. Siempre he leído historias y biografías de exploradores como Nansen o Shackelton y … este viaje es lo más cerca que voy a estar de las grandes hazañas que hicieron estos intrépidos descubridores. (recomiendo encarecidamente las biografías que ha escrito Javier Cacho)
- Otra razón es para ver si algunas de mis creencias limitantes en referencia al deporte (que no son pocas) son verdad
- Y la otra razón y que tiene muchísimo peso para mí, es porque con quien he hablado de ello para decidirme (personas que me conocen bien y que siempre me hablan clarito clarito) me han dicho que ¡ya estoy tardando! Es decir, ellos creen más en mí que yo misma. Siempre he pensado que estas personas tienen muy buen criterio y no lo voy a poner en duda justamente ahora.
También soy muy consciente que el nivel de riesgo de integridad física que asumo es mínimo. No solo porque el guía es un gran experto en travesías polares a quien conozco bien y sé que no es ningún descerebrado, sino porque si le pasa algo a cualquiera de los que hacemos la travesía estamos a tiro de moto de nieve y nos sacaran del embrollo enseguida.
Así que… hay retos y retos. Decide siempre tu cuando te metes en uno y cuando en otro. No todos los retos tienen las mismas implicaciones así que ojito con estas grandes frases que a veces nos complican más la vida que nos la facilitan.
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